El recientemente publicado informe de ONU Mujeres sobre el Perfil de País: Argentina 2024 analiza los nudos estructurales de la desigualdad de género a partir de datos oficiales y evidencia proveniente de centros académicos y organizaciones de la sociedad civil. Un insumo oportuno, necesario y contundente, que nos interpela en un momento clave.
El documento reconoce los logros históricos del país —legislación pionera para abordar la violencia de género, avances significativos en el acceso a la salud sexual y reproductiva, y modelo regional para promover la representación política paritaria—, pero advierte sobre un retroceso institucional y la pérdida de capacidades estatales para sostener esas conquistas.
En materia de cuidados, una agenda crucial para promover la igualdad de género y el crecimiento económico, Argentina presenta un panorama sombrío: la infraestructura sigue siendo insuficiente, las licencias parentales inequitativas, la sobrecarga de responsabilidades en las mujeres, injusta. Los datos lo confirman:
- Las mujeres dedican casi el doble de tiempo que los varones al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado.
- El 78% de las adolescentes entre 15 y 17 años realiza tareas de cuidado.
- Más del 70% de las trabajadoras de casas particulares está en la informalidad.
- Solo el 19% de las niñas y niños menores de 3 años accede a servicios de cuidado.
- En Argentina hay 124 mujeres pobres por cada 100 varones.
- Los varones con hijos trabajan 15 horas más por semana en su ocupación principal que las mujeres con hijos pequeños. La diferencia salarial entre padres y madres puede superar el 65% en contextos informales (DNEIyG, 2022).
- El envejecimiento también es feminizado: a los 86 años, hay 205 mujeres por cada 100 varones. Las mujeres no solo cuidan más, también viven, vivirán más y por lo tanto, necesitarán más apoyo.
- El 43% de los departamentos del país no cuenta con residencias para personas mayores.
Mientras tanto, Uruguay, Costa Rica, Chile, Cuba y Brasil y a nivel subnacional Bogotá y Jalisco avanzan con políticas integrales, regulaciones, inversión pública y estrategias de corresponsabilidad que reconocen el cuidado como un derecho y un motor para el desarrollo. A fines de 2022, las principales autoridades de la región a cargo de los derechos de las mujeres acordaron, justamente en Argentina, el Compromiso de Buenos Aires donde junto con CEPAL y ONU Mujeres se comprometieron a trabajar por una “sociedad del cuidado” que lo garantice como derecho y que proteja a las personas que trabajan en ese sector. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), uno de los principales en la región, apalanca esta agenda con créditos y asistencia técnica con su nueva iniciativa BID Cuida. Argentina tiene mucho que aprender y hacer si quiere volver a ser pionera.
Recogiendo el trabajo previo y propuestas de organizaciones de la sociedad civil, el informe no se queda en el diagnóstico. Propone una serie de recomendaciones de política pública: más infraestructura, mejores licencias, políticas de tiempo, incentivos a la formalización de las trabajadoras domésticas y un Estado presente que garantice derechos.
Si Argentina quiere volver a estar en la vanguardia, tiene que mirar a la región y retomar el impulso.
Si Argentina busca crecer con igualdad, necesita invertir en la economía del cuidado.